lunes, julio 19, 2010


BAILANDO AGARRADITOS Y BIEN PEGADITOS

Traigo aquí una foto de mi colección en la que se ve un grupo de marineros bailando bien agarraditos. Mi madre me contaba que cuando ella era joven en las verbenas, salvo con novios oficiales o maridos, las chicas bailaban con otras chicas y además bien separadas. Cosa que también hacían los hombres entre ellos. Salvo en lenocinios y en algunos cabarets la imagen de dos personas de diferentes sexo, y sin estar casados, que bailaran agarrados era difícil de ver en los primeros años de la postguerra civil española. Tiempos de represión. Me sorprende esta foto, que está sin fechar, pero estimo que puede ser del periodo comprendido entre 1925-1935, en donde se ven un grupo de marineros, de los EE.UU., bailando bien pegaditos en un buque de guerra. El hecho de que estos hombres estén bailando tan pegados, evidentemente, no presupone ninguna opción sexual determinada, más aún en un buque de guerra en que las mujeres no tenían acceso, salvo alguna meretriz que con el consentimiento o para disfrute de oficiales dejaban colar, o en algún tipo de recepción a bordo, así que si querían bailan tenia que ser entre ellos. Hay una foto publicitaria de hace unos años, creo recordar de Diesel, en la que se ven unos modelos masculinos en un puerto vestidos de marineros y delante de un buque de la Armada en una actitud puramente sexual. La foto que traigo aquí podía estar perfectamente en un calendario gay o publicitando algo que se pueda relacionar con la vida gay. En aquellos años parece que si se rozaban los plátanos con los plátanos les preocupaba menos que el que lo hicieran higos y plátanos. Cosa, supongo, que alegraba a los que preferían el fruto de la platanera al de la higuera. Por cierto, hay algunas teorías en la tradición coránica que dicen que el fruto del “pecado” del Jardín del Edén era un plátano y no una manzana como dicen los cristianos (en el texto bíblico no se menciona el nombre del fruto), he de suponer que por la imagen fálica que trasmite. La foto es una prueba de imprenta, se ve por el tramado (los puntitos) de la bicromía. Antes de hacer la tirada definitiva sobre el papel de periódico se sacaban unas pruebas fotográficas para ver como quedaría la impresión.

miércoles, julio 14, 2010


Con nostalgia sana recuerdo como de niño me embadurnaba mi lampiña cara con el jabón y brocha de afeitar de mi padre. Mi imaginación infantil convertía el palo plano de un polo en cuchilla. Lejanos tiempos en que los varones anhelábamos tener pelos. Muy poco tiempo después, y sin darse uno cuenta, llegaba el principio de la adolescencia donde competía con los amigos a ver quién tenía más pelos en el sobaco, pecho o en el pubis, que eran entonces unos pelillos aislados. Las hormonas revueltas e inocentes juegos con connotaciones eróticas. Tiempos aquellos en que no se había generalizado el “pelocidio” entre los varones.

Postal de mi colección. No tiene fecha, calculo mediados de los años 60. No tiene títulos de crédito.

jueves, julio 08, 2010


Apuntes de Verano desde una playa sin “glamour”. (1)

Cosas sencillas que haré este verano durante el tiempo que permaneceré por aquí. Haré dieta basada en gazpacho, sardinas asadas, ensaladas, “pescao” frito y diferentes productos derivados del cerdo, algunos de ellos a la brasa. Los domingos paella y de postre mucha sandia y melón (soy poco dulcero y heladero). Aumentaré considerablemente mi dosis de cerveza y tinto de verano, con gaseosa blanca por supuesto. Será a la playa cercana a mi casa (300 metros) a la que iré casi a diario salvo algunos días que, por acompañar a visitas, iré a otras que están a algo más de media hora en coche. Esta playa que tengo cerca de casa tiene poco “glamour” y eso tiene algunas ventajas y por supuesto alguna desventaja. En los chiringuitos de las playas “chic” el personal que les atiende va muy peripuesto, parecen que están en una discoteca en lugar de un chiringuito. Aunque por la decoración, la música y la de “chuminas” con las que sirven las copas lo podría ser. En las “chic” pocas copas se sirven que no vengan llenas de tonterías, que lo único hacen es aumentar el precio y los residuos: Sombrillitas de papel, minis farolillos, enormes pajitas de plástico, etc. El chiringuito más cercano a mi casa es más bien una tasca adaptada a la playa con unas tapas y cocina muy casera. El personal que lo atiende es una familia, no van uniformados y la matriarca puede salir de la cocina a ponerte en la barra la media ración de sardinas “asas” ataviada con uno de esos pantalones tipo malla, estrechos y pegados al cuerpos en donde es facilísimo observar, como si de un mapa en relieve se tratara, la topografía del enorme cuerpo de la cocinera, también lleva un precioso delantal estampado de lamparones de aceite, fácilmente confundible con un papel de estraza en el que se haya envuelto una rueda de “calentitos”, también llamados churros. La decoración simple, no falta la maqueta de un barco entre las botellas de la estantería, barco que debe de ser de cuando los fenicios faenaban por estás costas por la capa de polvo que tiene. Capa que se respeta de una temporada para otra. Como el local es poco fino no se ve esa espantosa imagen que en algún chiringuito “chic” he presenciado: Gente comiendo algunos tipos de almejas con cuchillo y tenedor. Aquí no. Aquí se usan los dedos para el molusco, para el pescao frito, para las sardinas asadas y para todo lo que tenga hueso. Los dedos se limpian chuperreteandolos y después se usara la servilleta de papel, servilleta que al final queda como un tampax reutilizado. El chiringuito “chic” tiene multitud de banderas, en algunos lugares incluso la del Arco iris y esos estandartes que ahora se están poniendo de moda similares a los que se usa en los templos budistas y que no recuerdo su nombre. En el chiringuito popular la única bandera que ondea estos días es la de España, por el fútbol, en su versión cañí que es la del toro de Osborne. Esto se me ha alargado mucho, así que en otra entrada ya os contaré lo diferente que es el público que va a las playas “chic” y los que van a las populares..., por supuesto según mi parcial y sesgada visión...Me voy a pringarme los “deos” y a tomarme una cerveza a la playa....

lunes, junio 28, 2010


CSI, España años 60 y las pajas

El buen cine policíaco siempre me ha gustado y todo lo relacionado con las técnicas que utiliza la policía científica y la práctica forense. No es de extrañar que haya disfrutado viendo algunos de los capítulos de la serie CSI. La fotografía, la ambientación de esos laboratorios, limpios como patenas, y el intríngulis de la serie americana me enganchó. Esas secuencias donde se ve llegar a los policías científicos a la escena del crimen cargados con sus equipos técnicos y miran con la fuente de luz forense la cama o el sofá donde se ha cometido el crimen y, como por arte de magia, descubrimos que esa luz azulada hace aparecer restos de fluidos corporales sobre las sabanas y, tras acercarse con sus gafas especiales a la mancha, el policía con sorna le dice a su compañera, si se ha detectado semen, “Aquí ha habido una buena orgia”. Igual que con la misma clarividencia en las películas antiguas de cine negro el detective con sombrero y gabardina tras observan una colilla en el suelo decía “Alguien ha estado fumando aquí”. Y que me dicen de que con la simple observación de un chorreón de sangre en la pared pueden saber la posición en que estaba la victima, la trayectoria de la cuchillada y hasta la posible altura y posición del atacante. El análisis de patrones de maculas de sangre, nombre técnico de examinar la forma del goterón del fluido rojo, da una enorme cantidad de información a los expertos. Lo que me ha sorprendido es leer que esa observación de la trayectoria de un fluido, en este caso semen, ya se utilizaba en la España de los años sesenta, no para hallar pistas de una violación o asesinato si no para saber si un adolescente se pajeaba, terrible pecado, o si las manchas de “leche” en su cama eran debidas a las involuntarias poluciones nocturnas, también llamadas por el autor “Reglas Blancas”. La pormenorizada descripción, que más adelante les trascribiré, estaban dirigidas a los padres de la criatura para que pudiesen averiguar si el vástago había caído en el muy enfermizo y perverso vicio de la masturbación, acto que “siempre constituye un pecado grave contra natura, en el espacio moral, y muy perjudicial en el aspecto físico”. No crean que lo escrito está sacado de un libro o revista de carácter religioso, no, está transcrito de un libro titulado “Guía Médica Sexual” editado en 1963 por una importante editorial y firmado por un Doctor en Medicina, que en su prólogo dice que la intención del libro es “contribuir a su felicidad, a su seguridad ante los problemas sexuales, y todo ello redundará en beneficio de su salud; y coadyuvará a librarles también de muchas preocupaciones y temores, apartándoles de caer bajo la influencia de informaciones equivocas, confusas” . Repito, no es un tratado de la Edad Media, no, España 1963.
Y ¿Como podían saber los padres si su hijo adolescente había caído en el “vicio solitario”? He aquí el compendio para cazar al onanista, ya sospechoso de pecador si simplemente las poluciones eran frecuentes “siempre y cuando no se llegue a las poluciones demasiado frecuentes observadas en algunos, que no pueden ser consideradas completamente inocentes por el hecho de que en la simple somnolencia, pequeños frotamientos, más o menos conscientes, contra las sabanas o ropas interiores, las transformarían en una masturbación larvada, pecaminosa”. ¿Cómo saber si era involuntaria la eyaculación o real paja? Pues observando la trayectoria que deja el fluido, como los de CSI “las poluciones se producen estando el miembro semiflaccido, en cuyo caso, la uretra, insuficientemente desplegada, impide la salida violenta del esperma. Por estos caracteres se ha pretendido establecer un casi medio diagnostico, estudiando las manchas observadas en la cama del niño, y deducir, según los respectivos casos, si se trata de poluciones de tipo espontáneo o, por el contrario, se debe a eyaculaciones producidas por masturbación. En este último caso la cantidad sería mayor. Daría lugar a múltiples manchas originadas por las entrecortadas proyecciones a distancia, producidas por espasmos eyaculatorios” Si los padres constatan que el zagalón se la menea el “doctor” da una serie de consejos para liberar al muchacho de tan pérfido vicio, que van desde que duerma en una cama con una tabla debajo, -yo pensaba que eso era bueno sólo para la espalda y no para evitar el tocamiento de zambomba- obligarlo a que haga mucho deporte y se agote, con lo cual se le supone que se le quitarían las ganas, que se le frene en todas las apetencias, especialmente digestivas, vamos que se le de de comer poco y se evite la glotonería y, como no, la intervención del director espiritual. Me imagino la escena, la madre dirigiéndose al sacerdote y pidiéndole su opinión. Padre, mire estás manchas ¿Cree usted que mi hijo peca o qué es de polución fácil? Y el cura imaginándose con todo detalle como el chaval se la menea. A esa forma de castración sicológica le llamaban educación sexual. También es sorprendente la misoginia que destila el libro "Las muchachas deberán rehuir aquellos ejercicios cuya práctica, como la del ciclismo y la equitación, puede producir irritaciones genitales, que, en algunos casos, podrían ser el origen de excitaciones eróticas."

martes, enero 26, 2010


CONSTRUCCION VI

Jovenes trabajadores de la construcción. Se les ve en el tajo sin ningún tipo de protección, como casco un pañuelo o un saco de plástico. Pueden estar acarreando enormes piedras o utilizando una sierra eléctrica y como calzado unas chancletas, algunos incluso descalzos. Si en países como el nuestro, en donde hay una legislación sobre seguridad en el trabajo, los accidentes laborales se cuentan por miles, muchos con desenlaces fatales, las cifras de accidentes en los llamados países del tercer mundo deben ser enormes. Foto tomada en Jodhpur (India) diciembre 2009. © www.photorecursos.com