lunes, septiembre 25, 2006

KO


El púgil aquí fotografiado probablemente se desplazó al combate en avión, tren o bus. Lo hizo, supongo, con todos los papeles en regla. El combate fue uno de los que se celebraron en Sevilla a mediados de los años noventa dentro de los actos de un congreso internacional de boxeo. Para una agencia de prensa gráfica cubrí la información de ese evento.
Sé que el tema de la inmigración es complicado, muy difícil y generador de polémicas. Gobernantes y estudiosos de todo el mundo tratan de hallar soluciones a este drama humano, algunas de las soluciones que plantean son muy poco humanas. Yo no tengo preparación para hablar de este tema, sólo puedo expresar mi humilde opinión basándome sólo en lo que me dicta el corazón.
Salvando todas las distancias que hay entre un combate de boxeo y la llegada de emigrantes subsaharianos en cayucos, veo en este boxeador, tirado en la lona y a segundos de perder el combate por KO, la misma mirada que he visto en esos seres humanos que están llegando a nuestras costas. Igual que al púgil, a los que llegan en cayucos se les acaba el tiempo en su África, un continente entero está a punto de perder por KO, por los golpes que les están dando. El SIDA, el hambre, las guerras, los enfrentamientos religiosos, los desastres naturales, el expolio que hicieron las potencias colonizadoras y los regímenes corruptos han noqueado a millones de seres humanos. La misma mirada perdida, desorientada y llena de incertidumbre que tiene el púgil por mí fotografiado veo en los que llegan buscando algo de futuro. E igual que en la foto, veo una mano blanca que les está contando el tiempo que les queda de esperanza antes de que el juez decrete el KO. 1,2,3,4,5,6,7,8,... ¡Paremos la cuenta!




1 comentario:

Casanova dijo...

Muy buena entrada,ilustrada con una impresionante foto.Enhorabuena