lunes, noviembre 28, 2005


PELOS SÍ, PELOS NO

Para mí, el que un hombre sea o no sea peludo no es factor determinante para sentir deseo de pegarme un revolcón con él. Si el tipo me gusta me da igual que parezca que lleva puesto un abrigo de astracán o que tenga menos pelos que el chocho de una muñeca Barbie. Así que si tiene pelos, pues bien, y si no, también. Ahora hay muchos hombres que se depilan, tanto gays como heteros. Huelga decir que cada uno es libre de hacer lo que le venga en gana en esta pilosa cuestión. Supongo que quien se depila lo hace porque se siente más atractivo, más sexy que teniendo pelos. Muchos lo harán para que se vean mejor sus músculos. Ser un “muscle” requiere esfuerzo, dinero, tiempo y sacrificios en la dieta. Lógicamente se querrá que, además de los espejos, los mortales podamos apreciar tal prodigio de la naturaleza. Otros se depilarán por moda y alguno esgrimirá una de las razones más contundentes que se pueden dar: porque le sale de los cojones.

Algunos gays sienten predilección por un pecho peludo. El pelo les “pone”, y si un tío tiene más pelos que una famosa tonadillera en las patillas (y por ende en el coño), eso es un plus. Sin embargo, para otros el aliciente es que el pecho del “partenaire” tenga menos pelos que una rana. Cuestión de gustos.

Parece que con la disposición pilosa no todo el mundo está contento con la que tiene. Unos se gastan verdaderas fortunas en crece pelos, injertos y bisoñés, y otros lo hacen en productos y técnicas para cometer el “pelocidio”. Unos sufren por calvos y otros se rapan. Quiero comentar unos anuncios publicitarios relacionados con esta cuestión.
Uno de ellos lo he visto en una cadena de televisión australiana. En la primera secuencia aparece un grupo de mujeres jóvenes y guapas que corren despavoridas. Miran hacia atrás mientras corren. Por sus gestos y gritos parece que las persigue un sádico violador, un asesino o un monstruo. En la siguiente secuencia aparece el perseguidor, un hombre de apariencia muy normal. No porta cuchillo, arma de fuego o la consabida y terrorífica sierra mecánica. Se aprecia que es calvo. Mujeres y perseguidor siguen corriendo y se salen del plano. En la siguiente secuencia y corriendo en sentido contrario a la anterior, aparece el hombre calvo y ahora es él quién grita despavorido y mira hacia atrás. Seguidamente aparecen las mujeres, ahora son ellas las perseguidoras y gritan, pero sus gritos son de deseo, igual que en los conciertos gritan las quinceañeras histéricas al ver a sus ídolos. Persiguen al hombre y parece que con intención de violarlo. Ahora el hombre luce pelo en la cabeza. El anuncio es de un producto que supuestamente hace crecer el pelo. El tosco anuncio primero describe al hombre como a un salido, un acosador que no puede relacionarse con mujeres por el hecho de ser calvo. Después, hace pensar que las mujeres son tontas, unas descerebradas que por el sólo hecho de que un hombre tenga pelo en la cabeza lo van a desear vehementemente. Si primero pone al hombre calvo como a un ser patético, luego lo hace con las mujeres. Supongo que muchos hombres calvos y muchas mujeres se habrán acordado del árbol genealógico del anunciante.

Otro anuncio que me ha llamado la atención lo he visto publicado en en el periódico Sydney Star Observer, publicación dirigida a la comunidad GLTB. Ya el nombre de la empresa anunciante me choca, “hairstop”, (alto al pelo) y me sorprende que junto al nombre aparezca una señal similar a la de prohibido. Dentro de la señal un pelo con su raíz. El pelo se dibuja dentro de la señal igual que las ratas o cucarachas se dibujan dentro de igual señal en los envases de veneno que se venden para erradicar estas plagas. El mismo símbolo que otras empresas usan para ofrecer el servicio de desratización o desinsectación . La plaga a combatir es el pelo. ¡Con lo orgullosos que nos sentíamos de ellos cuando empezaron a aparecer en nuestra pubertad! Como todo anuncio publicitario, trata de vender un producto o servicio, en este caso es la eliminación permanente del vello corporal. Se ofrecen a acicalar a los más peludos DEMONIOS. Sí no ha sido suficiente el identificar a vello con plaga dañina, de propina llama demonios (y lo enfatiza poniéndolo en mayúsculas) a los que son peludos. En contraposición a los demonios están los angelitos (en el dibujo más bien angelitas, aunque se supone que no tienen sexo) que te resolverán el demoníaco problema que tienes con los pelos. El mensaje publicitario se lo hace llegar al cliente, el velludo, con cierta envoltura humorística. Tengo la sensación de que al ilustrador del anuncio no le deben de caer nada mal los pelos. Ha dibujado un demonio peludo con una cara simpática, potentes piernas con buenos gemelos y un buen culo, que en lugar de dar repulsión da morbo.

4 comentarios:

Felipe dijo...

si... en realidad es bien hot la ilustración.


saludos desde SCL.


Te interesaría escribir temas osunos en thenewbearsontheblog.blogspot.com? sería entretenido tenerte ahi. Dime que piensas al respecto.

CON GARRAS Y A LO LOCO dijo...

Muchas gracias por la invitación a escribir en vuestra blog. Estaré encantado. Ya me dirás como lo hago, desconozco el sistema de contributors. Trataré de utilizar menos palabras de mi jerga “sevillana” cuando escriba para vosotros. Tendré que ponerme al día con "El Diccionario panhispánico de dudas". Esta nueva herramienta del idioma, recién salida de las 22 academias de la lengua española , aclara muchas dudas sobre la forma de hablar y escribir en los diferentes países de lengua hispana.
Un abrazo y quedo a la espera de tus noticias.

Cafecontorta dijo...

El asunto del vello corporal, como tantas otras cosas en el mundo que no rodea, depende de las modas. En los 80 se puso en boga el cuerpo tipo rana musculada, y hasta hoy predomina esa tendencia, rayana en la androginia. Claro, a algunos nos gusta justamente lo contrario, la profusion de caracteres sexuales masculinos (vello corporal, voz grave, ademanes propios del género, etc.). Se de much@s que se precian de preferir a hombres perfeccccctos, abdomen de batea, cero vello, metrosexual a todo lo que da... pero que en la intimidad anhelan revolcarse con un macho de verdad, sin tanta afectación ni aspavientos. Así qu mi polñitica es: que los comerciales digan lo que quieran, yo me tripeo (flipo) los vellos en mi cuerpo y en los de los otros. Y como mi caso, muchos...

Lycette Scott dijo...

Jajajaaja está muy interesante tu blog, comiquísimo el post, bueno no cómico pero te dio risa...yo no creo que me pararía de acostarme con un tipo porque fuera peludo, pero debo confesar que me gustan los lampiños, claro unos pelitos no hacen daño pero hay unos que tienen camisas y hasta suéteres de pelos...así creo que sí podría influir en el deseo que sienta por la persona.
Interesante tu blog y gracias por tu visita al mío.